La industria de automoción, formada por los
fabricantes de vehículos y de componentes, supone en España el 6% del PIB y el
18% sobre el valor total de las exportaciones del país. El número empleados en fabricantes es de 59.000 y en el
sector de componentes de automoción de 191.000, siendo un total de 249.200
personas. Con estos datos, podemos ver la importancia de este sector y la
necesidad de cuidar y potenciar este sector de cara al futuro. Las
oportunidades existentes se pueden apreciar. Por un lado, el 80% de nuestras
exportaciones son en la UE, quedando mercados como el asiático en clara
expansión, una gran oportunidad de crecimiento para este sector. Por otro lado
las importaciones, sobre todo desde Alemania y Francia, suponen casi el doble
de las importaciones. Lo cual es un área de oportunidad interesante para
recuperar cuota de mercado y nuevos desarrollos. Por otro lado, existe un
potencial alto, para la des-localización de la industria auxiliar de automoción
española en mercados como el asiático y americano. Por lo tanto, dentro de la
importancia del sector para la economía española, este sector tiene un alto
potencial, no solo de mantener las cifras actuales en el mercado doméstico o
europeo, sino de crecimiento mediante exportaciones directas o des-localización.
Además de lo mencionado anteriormente, se suma
el cambio de relación entre las empresas ensambladoras y su red de proveedores.
Desde mediados de la década de los ochenta, asistimos a un aumento en el grado
de externalización de la producción, en un proceso de desintegración vertical
que ha provocado un incremento de la subcontratación. Este proceso se
manifiesta acompañado de cambios cualitativos en la forma de relacionarse
ensambladores y proveedores, estableciéndose un nuevo modelo de vínculos entre
empresas. De forma sintética, podríamos afirmar que el comprador ha pasado de
fomentar y confiar en la competencia entre sus distintos proveedores para
lograr la maximización de la función objetivo de su empresa (sea beneficios,
ventas, reducción de costes o cualquier otro objetivo que se plantee), a
establecer profundos acuerdos de cooperación duraderos a largo plazo con un
grupo limitado y escogido de sus proveedores. (Peligros, M.C 2003)
El nuevo modelo de la cadena de valor diverge del
tradicional modelo Fordista, bajo el sistema Fordista los ensambladores
estadounidenses obtenían la mayor parte de sus piezas y componentes de sus
propias divisiones. Estas relaciones fueron sustituidas por compras de
proveedores independientes en relaciones de tipo transaccional (arms- length
transations). El siguiente cuadro esquematiza estas relaciones.
Modelo Fordista
Fuente: Elaboracion
propia.
Modelo Lean Manufacturing.
Fuente: Elaboración
propia.
Como podemos observar, un rasgo que caracteriza
al Lean Manufacturing es que las relaciones directas del ensamblador con sus
proveedores se circunscriben a un número muy reducido de proveedores que son
los que se sitúan en el Primer Nivel (First Tier Suppliers). Estos, a su vez,
se vinculan con los proveedores de Segundo Nivel conformando así la estructura
de una pirámide. A medida que se desciende en la pirámide nos encontramos con
un mayor número de empresas de tamaño inferior. Las empresas con las que se
relaciona el ensamblador asumen cada vez una mayor responsabilidad en el valor
final del producto. Esto ha terminado provocando un aumento de la producción en
la industria auxiliar, sobre todo, en el caso de Japón. Las investigaciones de
Sako (1.988), en el caso del automóvil, confirman lo anterior. De los,
aproximadamente, 15.000 componentes de los que se encontraba formado un
automóvil, los fabricantes japoneses compraban un 70% a empresas pequeñas y
medianas, sin embargo, los fabricantes estadounidenses adquirían un 50%. Como factores de competitividad en la
industria auxiliar de automoción en líneas generales el sector se inclina por
la integración en la cadena de valor como suministrador de módulos más que de
componentes simples, de forma que sea un socio estratégico más que un proveedor
de componentes. Siendo la tecnología, la inversión en I+D+i, el control de
costes, la puntualidad en la entrega y la relación calidad/precio como los
factores clave de existo del sector (ICEX, 2011),
En resumen, debido a la importancia del sector
dentro de la economía española, la oportunidad de crecimiento, tanto en el
mercado doméstico como exterior y el cambio de relación entre ensambladores y
proveedores, donde estos últimos cobra más protagonismo, se hace muy
interesante analizar, seleccionar y desarrollar estrategias que potencien
ventajas competitivas en empresas del sector auxiliar de automoción.
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