ESTRATEGIA DE OPERACIONES.
PRIORIDADES COMPETITIVAS.
La fuerte rivalidad que viven las
empresas industriales, está caracterizado por la velocidad en los cambios y la
inestabilidad de la demanda (Martín-García y otros, 2011). Por ello, las
empresas deberían posicionarse y decidir cuáles son las prioridades de la
estrategia de producción (Martín M.L y Díaz E. 2007). Desde Skinner (1969), que
fue quien dio el primer pasó en asignar a la función de producción más que un
papel meramente táctico, a asignarle un papel estratégico. Desde aquí, a
autores como Schmenner, Buffa, Hayes, Wheelwringht, Anderson, Leong y Hill, no
solo han soportado y clarificado lo inicialmente desarrollado por Skninner, sino
que además están en acuerdo que la función de producción puede contribuir al
éxito empresarial.
La estrategia de operaciones se
puede definir como la utilización eficiente de las capacidades productivas, con
el propósito de alcanzar los objetivos empresariales y la misión de la empresa.
De forma que se define “capacidades productivas” como la habilidad de la
función de producción para competir sobre las dimensiones básicas relativas a
costes, calidad, flexibilidad y plazos de entrega que conforman tal estrategia.
Existe cierta confusión entre “capacidades productivas” y “prioridades
productivas”. Algunos autores Martín, M.L y Díaz, E. (2007), definen como “capacidades
productivas” a las áreas en las que la función de operaciones llega a conseguir
una mayor fortaleza y por tanto ventajas competitivas mientras que el término
“prioridades competitivas” lo asegura el conjunto de objetivos perseguidos por
el área funcional de producción definidos, teniendo en cuenta la estrategia
competitiva. Como he indicado, la presión que ejercen los OEM’ s sobre su red
de proveedores, intensifica la competencia, provocando una fuerte presión sobre
el área operacional. Esto obliga a las empresas a desarrollar estrategias de
producción sobre la base de un conjunto de prioridades competitivas, con lo que
se puede lograr ventajas competitivas. En el análisis de prioridades
competitivas de una empresa en materia de producción, tenemos diferentes
modelos (Martín, M.L y Díaz, E. 2007):
1.
Modelo trade-offs o “Modelo de
incompatibilidades”: El significado de “trade-off” (Skinner 1969, 1974) se define
como establecer una prioridad competitiva preferente sobre el resto, ya que
existe incompatibilidades entre ellas, lo que obliga a centrarse en una
respecto a otras. Existen otras aportaciones dentro de este modelo, que los
podríamos indicar:
·
Hill (1989): Diferencia entre
criterios cualificados en el mercado (order-qualifiers) y criterios que ganan
pedidos (orders-winners). Los primeros son los productos esperados por el
cliente, donde la función de producción debe satisfacer las necesidades del
cliente en cuanto a las características necesarias. Los criterios que ganan
pedidos son las razones por las cuales un cliente compra a un determinando
proveedor y no ha otro, por lo tanto son los atributos que diferencian los
productos de una empresa respecto a las de otra.
·
Nakane (1986): Propone un “modelo
piramidal” para alcanzar los objetivos de producción. La idea que maneja es una “pirámide” que está
formada por cuatro bloques fundamentales, una para cada prioridad, donde para
pasar al siguiente objetivo primero se debe alcanzar el anterior. La secuencia
e importancia de los bloques esta predeterminada.
2.
“Modelo acumulativo”: Este
modelo intenta explicar las relaciones complejas entre prioridades
competitivas. Es un modelo secuencial de creación y aprovechamiento de las
habilidades y destrezas en fabricación. Donde exploran las relaciones que
existen entre diferentes prioridades competitivas., donde defienden que es
posible conseguir un mejor rendimiento sobre varias o incluso todas las
prioridades competitivas. Algunos autores que defienden este modelo se pueden
citar Ferdows et al. (1986),
Miller y Roth (1988), Wood et al. (1990), De Meyer y Wittenberg Cox (1992),
Corbett y Van Wassenhove (1993), Noble (1995). En esta misma línea, Hayes y
Pisano (1996, 1994) analizan el concepto de trade-offs y consideran que éstos
deben ser cambiantes y dinámicos en vez de estáticos, como consecuencia de los
nuevos modelos y prácticas de producción como lean production (producción
ajustada), World Class Manufacturing (fabricación de clase mundial), entre
otros
3.
“Modelo de competencia en
producción”. Este modelo trabaja bajo el enfoque de Voss (1995) y fue
inicialmente propuesto por Cleveland (1989). Indica que la función de
producción puede contribuir a la mejora de resultados, en la medida en que las
empresas desarrollen ventajas en varias prioridades competitivas de operaciones
para satisfacer las necesidades de los clientes o los requerimientos del
mercado y que, además, son consistentes con la estrategia competitiva, mediante
la implantación de prácticas o técnicas entre la cuales se encuentran la
eliminación de despilfarro, la planificación de requerimientos de materiales
(MRP), sistemas de fabricación flexible (FMS), incremento de la autonomía delos
trabajadores, la producción ajustada y la gestión de la calidad total.
Para identificar qué elementos se pueden
convertir en prioridades competitivas, en el trabajo inicial de Skinner (1969)
desarrollo cuatro prioridades competitivas básicas, aceptadas hasta el momento.
Fechas de entrega, calidad, flexibilidad y bajo coste. A partir de este
trabajo, algunos autores incluyen otros elementos como innovación, procesos de
fabricación, servicio al cliente, protección al medio ambiente, niveles de
stock y marketing (incluiría relación con el cliente y fuerza de ventas). Otros
autores, en contraste, eliminan uno u otra prioridad competitiva de las acertadas
comúnmente y desarrolladas por Skinner (1969). En este trabajo, nos acogemos al
modelo desarrollado por Skinner y le incluiremos un aspecto, el medio ambiente.
En el segundo caso, algunos autores han decidido incluirlo. Las empresas son
parte del problema y de la solución en su incidencia medio ambiental. Además
los planteamientos preventivos en este área modificaron la perspectiva donde la
relación del medio ambiente con la producción era la derivada de la instalación
de tecnologías de control o de eliminación del residuo una vez ya se había
producido. Las implicaciones medio ambientales de la actividad de una empresa tienen
repercusiones sociales, culturales, económicas e incluso políticas (Avella,
2008). Lo cual le hace ser un factor clave para incluirlo en las prioridades
competitivas de una empresa.
Para aclarar y definir las prioridades
competitivas presentamos la siguiente tabla. En ella se pretende reflejar el
concepto y su definición. Las principales prioridades competitivas se han
subdividido internamente en varias categorías, para poder contemplar sus
diferentes acepciones.
Prioridades competitivas
|
ITEMES
|
Definición de concepto
|
Coste
|
Bajo coste
|
La habilidad para reducir el coste del
producto (costes laborales, costes de los materiales y costes fijos)
|
Calidad
|
Desempeño del producto
|
La habilidad para ofrecer productos sin
defectos
|
Concordancia
|
La habilidad para ofrecer un producto que
cumpla con las especificaciones propuestas en su diseño
|
|
Fiabilidad del
producto
|
La habilidad para maximizar el tiempo sin
problemas de funcionamiento del producto (duraderos y fiables)
|
|
Flexibilidad en volumen
|
Expansión (aumentos
rápidos de la producción)
|
Rapidez con la que se puede incrementar la
capacidad ante aumentos no previstos en la demanda
|
Variaciones en el
volumen de producción
|
Capacidad de operar a diferentes niveles de
output de forma rentable (facilidad para pasar de lotes grandes a pequeños y
viceversa)
|
|
Flexibilidad en producto
|
Cambios en el diseño
de producto
|
La habilidad para introducir rápidos cambios
en la creación y diseño de productos.
|
Amplia gama de
productos
|
La habilidad para fabricar una gama línea de
productos fácilmente sin modificar las instalaciones.
|
|
Amplia variedad de
productos. (No estandarizados)
|
La habilidad para ofrecer productos distintos
con múltiples características, prestaciones, opciones.
|
|
Mix de productos
(procesos)
|
La habilidad para ajustar rápidamente y con
mínimos costes el conjunto (mix o mezcla) de productos que se va a lanzar a
fabricar (facilidad de las máquinas para fabricar distintos tipos de
productos
|
|
Entregas
|
Entregas rápidas
|
La habilidad para ofrecer los productos
rápidamente
|
Entrega a tiempo
|
La habilidad para ofrecer los productos en el
momento deseado por el consumidor.
|
|
Pedidos y devoluciones
|
La habilidad para facilitar la relación de los
pedidos y posibles devoluciones
|
|
Medio ambiente
|
Protección del medio
(proceso productivo)
|
La habilidad para minimizar las repercusiones
de la actividad productiva sobre los diversos componentes del medio ambiente
|
Protección medio
(Producto)
|
La habilidad fabricar productos que respeten
el medio ambiente
|
Fuente: Martín,
M.L y Díaz, E. (2007)
Es cierto que los
objetivos prioritarios para una empresa no puede serlo para otra (Martín, M.L y
Díaz, E. 2007). Inclusive para una misma que opera con diferentes clientes
pudiera variar estos objetivos prioritarios.
Lo
que sí es aceptado, es que as prioridades competitivas y las diferentes áreas
de decisión delimitan el contexto de la estrategia de operaciones. Ambos
conceptos están fuertemente interrelacionados y ambos deben ser congruentes
para logar el éxito de la estrategia competitiva (Martin Pena, 2005). Skinner (1969)
identifica las áreas clave de decisiones de operación en tres campos:
Lay out y diseño de instalaciones, plan de producción y sistemas de control.
Voss (1995) considera las decisiones de fabricación desde un punto de vista
integral, dividiendo en dos el contenido. Desde una parte las decisiones
internas, relacionadas con capacidad y prioridades competitivas, y externas relacionadas con estrategias competitivas. Hill (1993) lo
enfocó en dos aspectos de decisiones de operaciones: procesos e infraestructura
de operaciones, lo que vienen a ser decisiones en estructura e infraestructura
de operaciones (Martin Pena, et al 2007). Se podía definir como estructura la
disposición y orden de las partes dentro de un todo y la infraestructura como el
conjunto de elementos o servicios que están considerados como necesarios para
que una organización pueda funcionar o bien para que una actividad se
desarrolle efectivamente. Las decisiones de estructura tienen una serie de
implicaciones, normalmente de inversión en inmovilizado material, impacto a
largo plazo y además no son fácilmente reversibles (Martin Pena, et al 2007).
Podemos citar como decisiones estructurales:
1.
Tecnología de fabricación:
Independientemente de sus volúmenes de fabricación, se refiere al uso de
equipos en general o máquinas de fabricación (Hayes y Wheelwringht 1984).
2.
Grado de integración vertical:
Definir qué actividades son necesarias para desarrollar internamente y cuáles deben ser desarrolladas en el
exterior.
3.
Instalaciones: Tamaño, capacidad,
localización y capacidad de fabricación (Referida al nivel y la variedad de la
producción a fabricar).
Las
decisiones en infraestructura por el contrario tienen efecto operativo en
gastos corrientes y a corto plazo, debido a que no requieren grandes
inversiones. Normalmente las decisiones de esta índole le corresponden al jefe
de operaciones y suelen ser en torno a sistemas, políticas, prácticas,
procedimientos y organización, los cuales soportan los procesos de fabricación
(Martin Pena, et al 2007). Algunas de las decisiones que se pueden citar son:
1.
Sistemas de control,
planificación de inventario y producción. Dentro de este concepto se incluyen
dos decisiones principales. En primer lugar, la centralización o la
descentralización de los sistemas de decisión. En segundo lugar, a elegir entre
dos opciones de operaciones alternativas: el sistema de empuje y el sistema de
tracción (planificación de necesidades de material o sistemas, tales como JIT).
2.
Diseño de la estructura de la
organización: Sistemas de autoridad y responsabilidad en la estructura
organizativa que se pueden basar en una normalización o la autonomía.
3.
Administración de las fuerzas
laborales. Comprende varios ámbitos como la contratación, la selección y los
procesos de formación, asignación de persona a trabajo, los sistemas salariales
y políticas de incentivos o los procesos de análisis de trabajo.
4.
Administración de la calidad.
Esta variable se puede definir desde dos puntos de vista alternativos. Por un
lado, la gestión de la calidad se puede definir un proceso de control de
calidad sencilla orientada a reducir el número de defectos de los productos
finales o por otra parte, la gestión de la calidad puede ser considerada como
toda una filosofía operaciones.
Fuente:
Martin Pena, et al. 2005. Structural and infraestructural practices as elements
of content operation strategy.
Conocidas las prioridades competitivas y las decisiones de operación relevantes. El siguiente paso es estudiar cómo se relacionan las prioridades competitivas entre ellas y las decisiones operativas para conseguir ventajas competitivas. Por un lado en un modelo de “cono de arena”, las diferentes prioridades competitivas se relacionan entre ellas en un modelo acumulativo o “cono de arena” (Avella, 2001) según el siguiente modelo.
Fuente: Avellla et al.(2011)
Como se puede ver en la
ilustración anterior, las prioridades de producción siguen la secuencia de
calidad, entregas, flexibilidad, coste y medio ambiente. De manera que los
resultados que se obtienen en cada objetivo permiten ampliar el resultado de
los demás. Avella et al (2011) se apoya en el planteamiento de diez hipótesis,
que contrasta con un estudio empírico, siendo las hipótesis las siguientes:
1.
H1.
La mejora de la calidad tiene influencia directa y positiva en la mejora de las
entregas. .
2.
H2:
La mejora de las entregas influye de forma directa y positiva en el desarrollo
de una mayor flexibilidad. :
a.
H2a:
El logro de una entrega eficiente tiene un efecto indirecto y positivo en la
reducción del coste a través de la mejora de la flexibilidad.
b.
H2b:
El logro de una entrega eficiente tiene un efecto indirecto y positivo en la
mejora del medioambiente a través de la mejora de la flexibilidad y el
coste.
3.
H3:
El desarrollo de la flexibilidad influye de forma directa y positiva en la
reducción del coste.
a.
H3a:
El logro de la flexibilidad tiene un efecto indirecto y positivo en el logro
del objetivo medioambiental a través de la reducción del coste.
H4: La reducción del coste influye de forma directa y positiva en la
mejora del medioambiente
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